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jueves, 20 de noviembre de 2014

Etapa I. Capítulo Ocho. Siento.

"El que no es capaz de perdonar, no es capaz de Amar"
23 de Noviembre de 2013


Siento y pienso. Pienso en ti.




Pensamientos efímeros de un tiempo en el que tan sólo fuimos tú y yo, en donde "todo y siempre" aún tenía algún sentido para ambos.




¿Cómo pudimos dejarlo pasar? ¿Cómo fuimos capaces de alejar nuestra mirada del camino?


Esencia. Solos tú y yo. Lo huelo y lo siento, profundo, recorriendo cada espacio de mi ser.


Te pido perdón por tantas noches de llanto, inacabables y agotadoras. Por robarte el apetito e incluso las ganas de vivir.


Siento incluso los silencios que hubo en aquella noche de junio donde la agonía y las ganas de huir fueron más fuertes que yo. Siento no haber tenido el coraje de plantarle cara al miedo y no haber recogido del cajón de mi mesilla de noche, la valentía suficiente para abrirme y dejar correr las palabras que quizá nos hubiesen salvado.


Siento todas tus noches a solas, donde te sentiste perdido y ahogado, donde tu corazón se contraía de dolor por un amor que te había rozado el alma y que al final se tuvo que quedar a las puertas.


Siento haber sido como las demás, como esas que también pasaron por tu vida y te dejaron un sabor amargo. Siento no haber sido yo tu eterno consuelo, tu eterna alegría o ese todo y siempre perpetuo.


Perdóname por robarte un trocito de ti para guardarlo en lo más profundo de mi ser, pero fuiste tú el que me enseñó el significado del amor y eso, merecía un espacio especial en mi interior. Lo siento, sí, sigo siendo egoísta.


Egoísta porque aun deseando tu felicidad, me entristezco por no ser yo la que pueda estar a tu lado el día de mañana, por no ser yo la causa de tu sonrisa diaria, y por no ser yo la que descubra el universo infinito de tus lunares.


Siento mi egoísmo, el rencor que durante tantos meses te he tenido por no saber amarme lo suficiente como para pronunciar las palabras que yo tanto deseaba escuchar. Siento haber sido una cría, siento no haber sabido recuperarte o quizá volver a hacer que te enamorases de mi como el primer día. Siento mi falta de coraje y no haberme plantado delante de ti, frente a frente, y haberte dicho simplemente que te amo.


Siento haber caído de ese pedestal en el que me tenías, y siento no haberme aferrado a él con uñas y dientes, pero lo pusiste tan difícil... Que no me mantuve, no por falta de fuerza, sino por el miedo que me suponía tu amor, tu dureza al hablar, tu tono frío y distante, tu mirada que ya no era la mía, esa de la que estaba enamorada; tenía miedo del roce de tu mano, de tu boca que una vez recorrió los senderos de mi cuerpo, de tu olor, que aun me resigno a olvidar.


Siento haber dudado, siento haber sido tu alma gemela en el momento equivocado, y que el destino nos uniese para luego separarnos. 


Siento haber errado, siento haber sido tan humana (o debería decir "mundana"?) y no haber tenido la capacidad de volver a acercarme a ti. 
Siento haberte regalado tantas carcajadas y que su recuerdo al no estar juntos te hayan herido una y otra vez; que hayan sido el eco de lo que una vez fuimos, de nuestra felicidad y de nuestros mejores momentos.


Siento la complicidad que creamos, esa conexión que nos hacía envidiables y siento haberte "regalado", con nuestra ruptura, exactamente su antagonista. 



Siento haberte soñado durante tanto tiempo y te pido perdón si me estuve colando en tus sueños, haciendo de este dolor casi una tortura. Siento, incluso, si alguna vez pensaste que era tu peor pesadilla, lo siento de verdad, no era mi intención seguir apareciendo de alguna forma en tu vida aun sabiendo que ya no me querías en ella.



Pero es que cuando sufrimos una ruptura como la tuya y la mía, solemos hacer de la otra persona nuestro mundo, y pensamos y creemos que de ella depende nuestra felicidad, y no nos damos cuenta de que no es así, que la felicidad reside en uno mismo, y que somos nosotros los que labramos nuestro destino, y yo, como verás... no lo labré muy bien contigo.



Siento darte hoy las gracias por todo lo que me mostraste, porque eso significa que ya no tienes más para darme, que finalmente nos equivocábamos cuando decíamos que nuestras almas estaban hechas la una para la otra, y que por supuesto ya no volverán a tener ningún tipo de encuentro, ni hoy ni mañana.



Siento seguir entristeciéndome por lo sucedido, pero es inevitable, porque verdaderamente ese "tú y yo" que estábamos construyendo podría haber hecho historia, podría haber marcado un antes y un después en nuestras vidas, de una forma totalmente diferente, pero supongo que la experiencia me recuerda que "el que no es capaz de perdonar, no es capaz de amar". Y es así.



Siento haber creído en esa forma de entregarte a la otra persona que tanto me mostrabas, tenía una idea equivocada a cerca del amor; pensaba que él todo lo podía, que si de verdad estaba en nuestro interior, tanto como hablábamos, era capaz de atravesar montañas, de ir más allá, incluso, del bien y del mal... ¿pero que niña tonta no?, todos sabemos que las películas de Disney son simplemente eso, películas y encima de dibujos.



Pero ¿sabes? es que el amor es así, y hablo de un amor puro, no superfluo, un amor que de verdad es entrega, un amor que comparte y que no se engríe ni vacila ante la adversidad, un amor que expande sus alas y que por el contrario en ningún momento las agrieta, es ese tipo de amor que creíamos tener tú y yo.



Y sí, lo siento, pero es que verdaderamente fue así, aunque sólo fuese en un breve espacio de tiempo.