Bichea un poquito más

martes, 23 de septiembre de 2014

Etapa I. Capítulo Seis. El Amor. (Parte Primera)

19 de Junio de 2013.



"El amor no se engríe, el amor no envidia, el amor perdona, el amor... TODO LO PUEDE"


Aquel día sentía que tenía que hacer algo. No podía más con su ausencia, se me antojaba muy pesada, pero sobre todo molesta, y le echaba de menos, quizá demasiado.

Por aquel entonces, solía ser una chica más bien romanticona de esas a las que les gusta hacer cosas diferentes y que quizá llegasen más contundentemente al corazón. 

No quería dejar pasar más el tiempo, me negaba a verme de brazos cruzados mientras él pasaba de largo, cual estrella fugaz, así que me iba a plantar en la puerta de su casa con unos carteles tipo "Love Actually", y que pasase lo que tuviese que pasar.

Mi madre me había dejado su coche, ya que el mío lo había dejado aquella misma mañana en el taller para que le hiciesen la inspección anual. Así pues, me olvidé de los nervios que me hacían temblar y me sumergí en mis pensamientos mientras conducía hacia Marbella.

Cuando llegué a la urbanización donde él vivía, aparqué en el mismo sitio donde solía aparcar y caminé por aquel pasillo empedrado que hacía que mis pasos resonasen estrepitosamente. 

Ante mí, una puerta blanca y, en uno de los laterales, una placa que titulaba "Imagine". Respiré hondo, me preparé para poder coger bien las cartulinas y llamé al timbre.
"Dios mío, ¿por qué narices estoy tan nerviosa?, hace menos de una semana esta persona me estaba diciendo que me amaba, por qué entonces me tiemblan las piernas?"

La puerta se abrió, su rostro se asomó para ver quien era y casi en el mismo instante en el que se asomaba, se volvía a cerrar. "Mierda, mierda, mierda. No quiere ni verme"

Para mi sorpresa, la entrada se abrió de golpe y me puse a pasar cartulina tras cartulina, y cuando tan sólo iba de la segunda a la tercera, me dijo:

- Marta, ¿qué haces aquí?
- Yo... sólo quería verte, y bueno, tener este detalle contigo.
- No sé si tienes la más remota idea del daño que me has hecho, de lo que fue para mí leer aquellos sms. No puedo dormir por las noches, estoy con pastillas y aún sigo sin explicarme por qué.

No podía articular palabra. ¿qué podía decirle, si de verdad le había hecho daño y asumía mi culpa?

- Por favor, necesito que hablemos, que me des la oportunidad de explicarme, o simplemente observa; déjame que te demuestre que aquello fueron tan sólo palabras... letras entrelazadas unas con las otras...

- No puedo. Ahora mismo no puedo. Me es imposible olvidarme de lo que leí y ahora mismo no tengo ganas de alargar esto mucho más.

No insistí, hay veces que tienes que dejar ir las cosas para saber si verdaderamente en algún momento te pertenecieron, y ese, era uno de ellos.

Me despedí, di media vuelta y caminé de vuelta al coche, una vez más con esa maldita opresión en el pecho, esas ganas de vomitar y de, simplemente, morir.

Cuando pasé la primera rotonda de camino a mi casa, necesitaba fumarme un cigarro, así que rebusqué en el bolso y no sé por qué, me empecé a poner más nerviosa de lo que ya estaba. "No me lo puedo creer", pensé. ¿Me podía pasar algo más aquel maldito día?. Las llaves de mi casa estaban en mi coche!! Mi madre en Madrid y mi padre en Francia. ¿Qué iba a hacer? 

No sé por qué pero di media vuelta, cogí el móvil y le llamé. Le conté la situación, que no tenía a donde ir ni donde dormir, y me dijo que llamase a alguna amiga, pero ¿con quién me iba a ir, si casi ninguna de ellas era independiente?.

Crucé de nuevo la entrada de la urbanización, y me puse un poco más arriba de donde solía aparcar. Le dije que me quedaría allí aquella noche, que prefería dormir en un sitio cerrado y con seguridad, que en mi calle. No estaba de acuerdo, insistía en que me fuese a casa de alguien o que en el peor de los casos, si quería me podía quedar en su casa, pero en el dormitorio de invitados, pero que bajo ningún concepto me quedase a dormir en el coche.

Y yo... no podía, no me sentía capaz de pasar la noche bajo el mismo techo y poder pegar un ojo; encontrarnos pared con pared y ni siquiera hablar o mirarnos. Así que me quedé donde estaba. 

Seguimos hablando por whatsapp; estaba preocupado por mi y casi al borde de la ansiedad, la primera muestra de que no me odiaba del todo.

Por suerte, solía llevar, habitualmente, un libro conmigo, y este era perfecto para este tipo de situación, reflexivo y que te evocaba a la meditación y autoconocimiento, "La Maestría del Amor".


Continuará...




martes, 16 de septiembre de 2014

Etapa I. Capítulo cinco. Mes y Medio.

1 de Agosto de 2013





Después de casi mes y medio, aún sigo con un vacío inmenso. Ahora entiendo, cuando me decías que se te ponían los bellos de punta cuando te hablaban de otra chica. Cada vez que alguien se me acerca, me dice algo, un piropo o insinuación, me viene a la cabeza tu rostro diciéndome todas aquellas cosas hermosas que me decías.

Me da asco. Le he cogido asco al sexo masculino, y hoy, hoy no creo que exista el amor para mi. Estoy rota y sé que por más que quiera, en ese sentido, jamás volveré a funcionar como antes.

Te pienso todos los días y últimamente, me desespero, estoy más decaída y triste porque veo que pasa el tiempo y no hay ninguna señal que me diga: "Aguanta Marta, todo se va a solucionar".

Me centro en el día a día, en mi trabajo, y es horrible cuando llega la hora de volver a casa porque me vienen recuerdos en ella; de la primera vez que estuvimos viéndola, nuestras noches de charla y risas, de películas, de sueños, de amor y de pasión.

Y pasa otro día y otro, y sigo con la esperanza de que aparezcas de que me escribas o me llames y nada, sigo sin noticias.

No hay palabras para describir como me siento, ya no me salen ni las lágrimas, se me coge un nudo en la garganta que me acongoja casi hasta asfixiarme y el vacío se apodera de mi. ¿Lo peor? lo peor de todo, es la incertidumbre de no saber si la vida o quizá el destino, nos va a volver a unir. 

¿Qué te diría si volvieses? supongo que sobrarían las palabras, simplemente me abrazaría a ti, e intentaría algún tipo de simbiosis para evitar que en cualquier momento puedas volver a alejarte. Lloraría, impulsiva y desmesuradamente hasta agotarme, y respiraría de nuevo de tu esencia, de tu luz, de tu aroma, me embriagaría de ti hasta la saciedad; me llenaría de tu mirada, de ese brillo tuyo en los ojos y simplemente... me dejaría amar.

He imaginado tantas veces nuestro reencuentro, que se me hace casi utópico ya; vernos de nuevo juntos, retomando nuestros planes, nuestros sueños.

¿Aún queda sitio en ti para mi? ¿Algún resquicio en tu corazón? Supongo que "el que calla otorga", y tú, llevas callado un mes y medio, sin mostrar prueba alguna de que una vez tú y yo existimos, de que una vez nuestro camino se unió. El viento, borra nuestras huellas sin dejar señal alguna del amor que nos tuvimos, pero la mayor huella que hay de lo que una vez vivimos, se mantendrá eterna en nuestros corazones, por lo menos en el mío, que se resiste a olvidar, que se niega a desahuciar lo que diciembre una vez nos trajo.

Y me veo, aquí sentada, entre pensamientos y fantasías del ayer y del mañana, dejando pasar lo único que verdaderamente me queda, la única pertenencia que tu ausencia me ha dejado, este presente que se muestra hastiado.


lunes, 8 de septiembre de 2014

Etapa I. Capítulo Cuatro. Incertidumbre.

21 de Junio de 2013.








Ahora, cuando ya me he calmado, puedo ver que en este día, he tenido muchas dudas, muchas incertidumbres.
¿Existe verdaderamente el amor? ¿qué fallos he cometido? ¿Cuál ha sido mi actitud ante mi separación, ante el hombre que lo ha dado todo por mí? ¿ante todo el mundo?

Poco a poco voy contestando yo misma a estas cuestiones y cada vez me doy mayor cuenta de lo fácil que es ser sincero con uno mismo y perdonarte.

Estoy perdiendo el miedo a ser como soy y eso me reconforta, aunque en el fondo, no hay nada.

Después de ti no habrá más "ese dedito" "Bicha, que bicha eres" "¿Te he dicho hoy que te amo? TE AMO"

Dios, estoy rota, no me queda nada en el corazón; que agonía, no sé cómo seguir, no sé de dónde sacar la fuerza para no desvanecer, para no dejar esta vida sin pena ni gloria.
Como duele, como duele amor mío. Como duele el simple hecho de no poder contemplarte , de mirarte y simplemente suspirar. ¿Cómo has podido hacer esto en mi corazón? no lo reconozco de verdad.

Me has dado un amor tan inmenso, que ¿qué pretendes? ¿que me olvide de todo? ¿de todo, cuando después de seis meses se rompe mi familia, esa que tanto deseaba?

Estoy completamente "out", fuera de combate, deshecha... y no sólo porque me hayas dejado y no quieras ni verme, también porque he asumido mi culpa, he asumido amor mío, que te he perdido, pero no por ello voy a dejar de luchar, porque un amor tan inmenso como el que me has mostrado, no se olvida de un día para otro.

Y sé, que tú no me has olvidado.

Etapa I. Capítulo Tres. Vuelve sin ser Llamado.

29 de Agosto de 2013






A veces desearía estar sola para poder llorarte sin cargo, sin conciencia, para poder recordar cada expresión e incluso, si me aventuro, cada mirada tuya.


Imágenes de un día que no fue, de un encuentro que no se dio, se presentan ante mis ojos y remueven, cual torbellino, mi interior, haciéndome imaginar o más bien soñar, sobre cómo hubiese sido sino... si no, te hubiese perdido.


Siempre brindamos por el encuentro entre nuestras almas, pero aquel día una de las copas se rompió, con tal repique que nos hizo despertar del letargo de un amor, que quedaría en "standby".


Dentro, profundo y en la oscuridad, algo me dice y me pregona, casi a diario, que nuestras almas, ya no tan jóvenes, están a punto de reencontrarse. "Todo el que se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado". E imagino y sueño con ese encuentro; es inevitable que piense en ello, puesto que mi ser vibra con cada pensamiento, con cada recuerdo que guardo de ti.


En ocasiones siento miedo también, miedo a que esta sensación que siento en el pecho sea tan sólo eso, una sensación, y vea como mi vida se escapa entre las manos, como fragmentos y retales de una vida pasada. Sí... esa que pudo y finalmente no fue.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Somos Seres Únicos y Maravillosos








Esta entrada se la quiero dedicar a aquellas personas que, como yo, han sabido superar los peores golpes que la vida les ha brindado.

Mujeres y hombres, todos somos humanos, todos somos personas y todos sabemos que tarde o temprano vamos a morir. Esas son la únicas dos cosas que, podría decir, nos caracterizan a todos por igual. Por lo demás, somos completamente diferentes. Pensamos, razonamos y opinamos de diferente forma, aunque en algunas cosas estemos de acuerdo, siempre habrá algo que nos diferencie de los demás, ya sea el más mínimo detalle en un debate o simplemente nuestro color de ojos.

Quiero contar una anécdota que me pasó en plena etapa de aprendizaje, que creo que todos deberían saber.



"Como todos los jueves, la agenda la tenía completa de higienes dentales, se presentaba un día duro y largo, pero no importaba, porque por aquel entonces lo único que deseaba, era desconectarme y directamente ni pensar. Quería pasar por robot, pero siendo como soy jamás lo conseguía, en fin.

No recuerdo ya muy bien, en qué momento pasó, si fue por la mañana o fue por la tarde, el caso es que jamás olvidaré a aquel paciente.

El gabinete estaba iluminado por la luz solar, no era necesario encender ninguna luz artificial para ver en condiciones "los bichitos" de las bocas que me esperaban. El paciente que me pasaron mis compañeras, era un hombre de mediana edad "nada especial", no era alto, ni guapo, y quizá ni siquiera era reconocido entre los suyos, pero aquello no me importaba, en mi gabinete, era simplemente eso, un paciente más, al que debía calmar para que no se me echase a temblar en el sillón, una vez comenzase la limpieza.

A mí siempre me ha gustado tratar a todo el mundo, hablar un poco de mi vida, preguntar por la de los demás, vamos, lo que es tener un trato ameno y cordial. Comenzamos a entablar conversación y esta tomó unos caminos más profundos que de costumbre. Él insinuó que no se sentía bien consigo mismo, que no era nada alto, guapo y que creía que su entorno no lo tenían muy en cuenta. A mí al principio, me dio un poco de pena, pero luego mientras hacía la higiene, estuve pensando y continué yo con el hilo de la conversación.

- Quizá usted no sea el más alto, el más guapo y que a lo mejor sea cierto que la gente que le rodea no le toma mucho en cuenta, pero usted, le puedo decir con total certeza, es completamente ÚNICO y MARAVILLOSO.

El paciente abrió muchos los ojos, y me indicó que parase. Me asusté, porque pensé que a lo mejor me había tomado demasiadas confianzas, pero lo que vino después sí que me dejó de piedra.

Se limpió rápidamente con una de las servilletas que ofrecíamos, se puso en pie, me miró y dijo:

- Tú si que eres maravillosa. Gracias, gracias por esas palabras, porque verdaderamente, pensándolo bien y profundizando en mi corazón, sé que tienes toda la razón. 

Estaba sorprendido y emocionado. Jamás se me olvidará su cara, aquellos ojos brillantes  y cargados de felicidad, que me miraban llenos de admiración.

No puedo explicar lo que sentí, era algo parecido al orgullo, al bienestar, a la satisfacción, una explosión de sentimientos habían sido detonados dentro de mí."




Somos seres únicos, maravillosos y por supuesto irrepetibles, lo que pasa que se nos olvida; olvidamos que dentro de cada uno de nosotros existe algo que nos diferencia del resto y nos hace ser como somos. 

Tenemos el deber y la obligación de querernos a nosotros mismos, de olvidar nuestros miedos y complejos, ya que son ellos los que nos limitan y cohiben a la hora de querer obtener nuestros sueños. Podemos ser esos seres únicos, maravillosos e irrepetibles, el secreto simplemente está en creer de verdad que lo somos y el amarnos en primer lugar a nosotros mismos, ya que somos los únicos que conviviremos con nuestro ser toda nuestra vida, y en segundo lugar, amar al prójimo, ya que somos "animales sociales" y necesitamos sentirnos amados.


Podemos, amigos míos, mejorar nuestras vidas si realmente creemos en ello y así lo deseamos.




Etapa I. Capítulo Dos. Sólo cierra los Ojos.


17 de  Junio de 2013



"Porque, sin buscarte te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos"



"Te juro que es verte la cara y mi alma se enciende". Frases de diversas canciones que me traían tu recuerdo y que copiaba, incansable, en una libreta que tú mismo me regalaste. 

No estaba acostumbrada a echarte de menos, durante seis meses habíamos estado juntos en todo y empecé a acostumbrarme a tomar los fragmentos de canciones para ver si de esa forma, podía sentirte un poco más y tener la sensación de que aún te iba cantando esas mismas canciones.

¿Qué pasó con su significado? "No quiero mirar ningún paisaje, si no se ve, aquí metida dentro de tu abrazo" ¿Todas ellas cayeron en saco roto? Todo esto me llevaba a no renunciar, a creer que la nueva situación cambiaría, porque todas esas frases estaban llenas de amor, amor para ti, que aunque no fuese yo la autora, describían a la perfección todo lo que mi corazón iba sintiendo; conseguían emocionarme a cada momento, revivir situaciones que tan sólo había disfrutado contigo.

¿Quién iba a ser mi calma en aquellos momentos? ¿Quién mi refugio? Era feliz entre tus brazos y lo era imaginándome de nuevo entre ellos. Quería recuperar mi vida, nuestra vida. 

Se me hacía tan raro no poder saber de ti, no poder escribirte a cada momento.

Hoy no he llorado. La tristeza la llevo por dentro y se ha aferrado a mi estómago. Este vacío no me deja ni comer, ni respirar, me está paralizando. Todo está perdiendo el sentido, ahora que ya no estás. Hay veces que incluso me arrepiento de amarte como te amo, porque de esta forma me he hecho vulnerable; soy yo, en gran parte, la culpable de mi dolor.

Desde el 12 de diciembre de 2012 has sido tú amor mío, solo que me ha podido por un momento la situación, todo lo vivido en seis meses. Mis padres, mi divorcio, mis amigos, el aborto... ha sido tal mejunje de cosas y de situaciones, que al final dejé que me ganasen. Sentía dudas, dudas horribles que día sí y día también me acechaban y mermaban mi fortaleza, para llevarme hasta donde me llevaron, a perderte, a perder el único amor sincero que había conocido.

Tú me enseñaste a estar contigo sin estarlo, a sentirte, e incluso a hacerte el amor, con tan sólo cerrar los ojos; y hoy, eso es lo único que me queda para "estar contigo".

Desearía poder ver tu mirada, esa que me dedicabas con tanto amor y me iluminaba sin mesura. Sentir tu calor, tu tacto, tu olor y mirarte; mirarte en silencio, mirarte y sonreír, porque con tan sólo tu recuerdo me basta para emocionarme, pero hoy, hoy cierro los ojos porque es la única forma de estar contigo y de tener lo que tanto deseo: "la magia de tu sonrisa y la ilusión de tu mirada"

jueves, 4 de septiembre de 2014

Etapa I. Capítulo Uno. El comienzo de la Pesadilla

16 de Junio de 2013








Hoy he soñado que toda esta pesadilla, no era más que eso, una pesadilla.

Despertaba con la luz que entraba por la ventana de nuestro dormitorio; comenzaba a sentir el suave calor que acariciaba mi rostro. 
Abrí lentamente los ojos y ahí estábais, Carlota y tú. Te miraba y me volvías a iluminar una vez más. Nuestra hija... blanquita de piel, castaña y, simplemente preciosa, se encontraba entre los dos. Estaba también despierta y jugueteando con brazos y piernas.

Felicidad. Todo y Siempre amor mío.

No podía pedir más. Mi mundo entero se encontraba en aquella cama, en aquella habitación en donde, tantas veces, la habíamos convertido en nuestro refugio de amor y de pasión. Sólo me bastaba perderme en tus ojos para saber a dónde pertenecía y cuál era mi hogar.

El despertador comenzó a sonar estrepitosamente. Me sentía a morir. Notaba la cara hinchada, sobre todo los ojos. Había sido una dura noche, en la que recuerdos maravillosos habían colisionado con la cruda realidad, esa, en la que veía tu cara a oscuras diciendo: "esto se ha acabado".

Sentía un vacío inmenso que no se podía apaciguar con nada. Sólo quería quedarme allí y morir, morir lentamente, porque empezaba a darme cuenta de que, durante seis meses, había estado naufragando por los mares arrebatadores de tu amor, y de la noche a la mañana, tu figura, esa que tantas veces me había protegido y llevado al cielo, ya, simplemente no estaba.


"Para hacer que las cosas cambien, hay que cambiar de actitud"

martes, 2 de septiembre de 2014

Tarifa Libre

"Ternura y belleza"
Todos soñamos alguna vez en la vida con ser protagonistas de nuestra propia historia, y es que no nos damos cuenta de que ya lo somos, pero aún así ese deseo persiste.

Tarifa. Tarde de mediados de junio. Una playa donde todo era posible, desde el deporte más extremo hasta el baño más fresco, pasando por una sesión fotográfica de ensueño.

Suave su pelaje, lo pude acariciar con ternura sintiendo cada caricia, su respiración y por unos momentos, que no fueron precisamente cortos, estuvimos conectados. Sentí como todo el amor del mundo, se cernía sobre nosotros, quería que me quedase a su lado, que no le dejase, para así poder seguir unidos.

Muchas emociones se sucedieron en el breve intervalo de tiempo que estuvimos juntos, pero fue tan intenso tan maravillosamente bello, que aún no me siento capaz de explicarlo con detalle o simplemente a lo mejor no llego a transmitir todo lo que se movió dentro de mi.

La primera vez que le vi, mi cuerpo actuó por si sólo y se quedó parado, bloqueado, inmovilizado... vamos, en standby, suspendido por unos instantes sobre el suelo. Cuando ya por fin pude reaccionar, me acerqué a él, y le tomé entre mis manos, y mis dedos recorrieron su cara, sus facciones, para recordarlas y que no se me olvidase ni el más mínimo detalle de su aura, de su esencia.

Qué sensación de amor tan inmenso sentí aquel día, estaba tan falta de ese sentimiento que, ya a penas podía recordar lo que se sentía, a penas recordaba cómo disponía Cupido de sus flechas y las disparaba al azar.
Y ahí estábamos, él y yo, mirándonos por unos momentos, deteniendo el tiempo o por lo menos intentando secuestrarlo, para hacerlo aún más nuestro. 

Nos miramos y pude distinguir un brillo maravilloso en sus ojos; me besó de una forma inusual, dulce y tierna, me tomó como si fuese una parte más de él y se dejó hacer, y yo, desde aquel día, aún siento esa conexión que creamos, aún siento el parar del tiempo.

Aquel día no sólo fui la protagonista de mi propia vida, sino también de la suya, aunque nuestro "romance" fue un romance temporal muy corto, él sigue formando una parte indispensable de mi historia. Y allá, en los Lances, quedó el recuerdo de un amor eterno, puro y libre.





El Final Depende del Principio

No me digas que vuelves a abrir esa puerta, esa que tantas veces se abrió para mi, porque ya lo que guardas dentro del lugar que esconde, ya no me interesa.

Ya no me interesa tu voz ronca, rota y hasta en ocasiones amarga, ya quiero endulzar mi vida con poesía y cuentos que me hagan dormir o soñar, según me apetezca.

No quiero crear controversia, de eso ya te encargaste tú, lo único que quiero, es dejarte las cosas claras, y es que sé que jamás sabrás lo que es la pureza de un alma, ya que una vez en tus manos la tuviste y, como granos de reloj de arena , entre las manos la dejaste escapar.

Amor es lo que perdiste y amor te será negado, tantas veces como días me dejaste de lado; no deseo tu mal y tu dolor, de nada me vale, ni siquiera para apaciguarme. Sólo deseo que todos y cada uno de los días del resto de la eternidad, no puedas sacarme de tu cabeza y, recuerdes cada detalle de mis ojos susurrándote "te quiero".

Que me sueñes día sí y día también haciéndote el amor y que te despiertes en llanto con el sabor en los labios de lo inalcanzable. Que me veas en el porche, en la butaca que tanto me gustaba y que esa imagen te persiga; que esos abrazos ya no dejen nunca más mi aroma pero que sin embargo, tu olfato no sepa reconocer otro.

Quiero esa huella que marca, que deja esencia y crea letargo, para así, asegurarme de que tu pensamiento no se distrae y sigue centrado en lo que una vez fuimos y que ya, jamás seremos.

El final depende del principio dicen, y mira que nuestro comienzo parecía haber sido redactado por el mismo Walt Disney, pero se equivocó con el final; se desvió del guión y nuestra historia nunca se parecerá a la de "La Bella durmiente" y tampoco a la de "Aladdin"; nunca tendremos ese final feliz, donde el amor vence por encima de todo, porque tu amor, no era amor, tu amor fue soledad disfrazada.

Y sólo te deseo eso, una vida en la que no seas capaz de pensar en nadie más, una vida donde yo siga siendo la protagonista.