Bichea un poquito más

miércoles, 15 de abril de 2015

"CLICK"





"Siempre con esa sensación de querer ayudar a la gente; siempre empatizando con ellos" 

Personas afectadas por una infancia llena de carencias y a falta de valores y dignidades. Que pierden el norte incluso siendo adultos y sin querer enfrentarse al juego de la vida, caprichosa, que deja en ocasiones sus almas en manos del destino, permitiendo que les juegue malas pasadas, poniéndoles pruebas tan duras que hasta en ocasiones, no se sienten capaces de salir del lodo.

No todo el mundo tiene la misma fortaleza o sabe afrontar esos obstáculos de la misma forma y se dejan llevar por instintos y banalidades mundanas, hasta caer en depresión, perdiendo su esencia y personalidad, dejando su mente a la deriva, olvidando momentos y situaciones, que hacían que aún se sintiesen cuerdos.

Me producen tristeza y a la vez impotencia. Tristeza al recordarme a mi misma, que un día la vida te puede dar un vuelco y cambiar hasta hacerse irreconocible, e impotencia por no tener o no contar con los conocimientos y herramientas necesarias, para poder ayudar a esos "renglones torcidos de Dios".

Me doy cuenta de que, somos seres muy pequeños e insignificantes, pero que sin embargo, somos capaces de hacer grandes cosas y sentirlas a su vez, más allá de la piel.

Supongo, que el pensar en el verbo "sentir" me lleva a un sentimiento que para mí, es la cura de todos los males: "El Amor".

No soy científica ni antropóloga pero estoy segura de que, muchas de las enfermedades mentales y psicológicas se desarrollan debido a una carencia de cualquier sentimiento derivado del Amor, y que una depresión no aparece por una debilidad de carácter y depende exclusivamente de la falta de voluntad de la persona por superarla.

En algún momento de sus vidas, esas personas no fueron deseadas, experimentaron el abandono, fueron maltratadas psicológicamente por sus padres, por sus parejas por la sociedad, y eso, les llevó al "CLICK" del trastorno.

Muchas de ellas tocarán fondo y serán tratadas por especialistas, pero el resto, ese que está "al principio del CLICK", ¿por qué no son tratadas con Amor? ¿Por qué les estigmatizamos y apartamos, aún siendo familiares o amigos?

Porque somos egoístas o no estamos dotados de una "paciencia divina", para cuidar y tratar con Amor a esas personas, que la vida ha maltratado. Siempre estamos inmersos en nuestras propias realidades, en nuestros trabajos y asuntos sociales, en banalidades que no nos permiten ver más allá de nuestras propias narices.

Hay incluso veces que juzgamos y tenemos comentarios del tipo "es@ está loc@" "no está bien de la cabeza" Impredecibles, anti-sociales, vagos, o incluso agresivos, son algunos de los comentarios que suelen aparecer en cuanto se habla de enfermedad mental. Cuando la realidad es que un trastorno mental es una circunstancia más de la persona que en un determinado punto de su vida se hace parte de él, como si de un órgano más se tratase, pero en ningún caso determina su personalidad ni tiene por qué condicionar todas las facetas de la vida.

Desoímos las llamadas de "socorro" y de ayuda, nos cerramos en banda, nos cruzamos de brazos y nos quedamos impasibles ante las carencias que tiene esa persona "en peligro", y en vez de ayudarles a intentar que vuelvan a ver la luz, les hundimos más aún en la miseria.

¿Y qué podemos hacer, si no tenemos los conocimientos o herramientas necesarias para afrontar dicha situación?

Supongo, que también deberíamos plantearnos si somos nosotros mismos los que también carecemos de algo, porque no hace falta ser, como ya he dicho antes, un científico o un antropólogo, para dar Amor a la gente que lo necesita, para saber cuándo tenderles la mano o simplemente tener con ellos, una muestra de cariño.

Planteároslo: ¿Carecéis de algo?

miércoles, 8 de abril de 2015

Soberbia.





Tú que alardeas de algo que no eres, que dices tener la verdad absoluta, que por ti saltan como hienas sin sentido ni conocimiento de causa, para intentar o pretender herirme.


Tú que gastas una doble moral y predicas el bien sin práctica, que dices dar entrega para siempre recibir algo a cambio, reconocimiento incluso. 


¿Por qué ir por la vida de esa forma? ¿por qué mostrar una cara que ni por asomo tienes o siquiera se te asemeja? 


Pena, pena es lo que siento, porque así va el mundo, llenito de gente como tú, que hace que el resto nos tambaleemos; descontrolas nuestros sentidos incluso cuando nos topamos con sujetos similares o casi idénticos a ti. Tristeza al darnos cuenta que depositamos nuestra confianza en personas equivocadas, que más tarde o más temprano, la arrojaron a los cerdos, para empañarla y embadurnarla de estiércol.


Te crees tus propias mentiras, eres actor de una realidad que es la única que existe para ti, y por tanto la que exiges que los demás también tengan. Envuelves y engañas, engatusas y embaucas, y hasta el último momento pretendes herir, pero ¿sabes? ¿cuántos más como tu hacen falta para que tus palabras me produzcan siquiera resquemón? 


Me río, me río de tus intentos de hundirme, porque soy yo la que decido cuándo sufrir, cuándo sentir dolor e incluso por quién sentirlo. Sí, he llegado a ese estado de control absoluto de mi ser, donde soy yo la única con poder sobre mis sentidos y por supuesto sobre mis sentimientos.


Ya no me duelen los ecos del pasado, ya no son dignos de mi atención, ¿por qué habrías de serlo tú, si has sido una piedra insignificante en mi camino?. Sí, una piedra que intentó hacerme tropezar, pero que se quedó sólo en eso, en un intento. Es gracioso a lo que se puede agarrar el hombre con tal de hacer daño; una última frase, ruin y mezquina, llena de pretensiones oscuras y cargadas de soberbia, caída por supuesto en saco roto.


Odio a la gente como tú, que predica la práctica espiritual y que todos los domingos, durante media hora, se da golpecitos en el pecho, para luego crear incertidumbres y malos rollos entre las personas que le "quieren" bien. 


¿De qué sirve eso, sino es para ser un "bienqueda" a ojos de la sociedad? A mi, transparencia y verdades como puños, prefiero la crudeza de una verdad, que una mentira eterna pintada con corazones y flores de colores... VO-MI-TO!
Lo mismo tengo que explicarte este último párrafo, en un "idioma" que quizá entiendas mejor, "LA VERDAD OS HARÁ LIBRES". 


No rehuyo de mis errores, es más, ya les planté cara y me perdoné por ellos, no siento la necesidad de que nadie me perdone por algo que hice mal, y tampoco soy persona a la que le cueste pedir perdón, soy de esas que agacho la cabeza y pido disculpas con el corazón en la mano, no a boca llena, porque soy pura, porque mi corazón está lleno de amor, y no de soberbia, porque trato, si me lo permiten, de enmendar las cosas que hice mal, porque amigo, en mi no existe maldad ni esa frivolidad que tanto te caracteriza.


Soy como soy, con mis más y mis menos, como todo el mundo, pero mientras tu derrochas palabras de discriminación, llenas de mentira, yo crezco, y no crezco en balde, sino que sigo llenándome de aquello que me enriquece, y desde luego tú no perteneces a ese tipo de riqueza. 


Gracias, igualmente, por pertenecer tan sólo por unos meses a mi vida y no ser un lastre que tarde o temprano tendría que echar por la borda, me has ahorrado mucho trabajo.
Si es que... en la vida tenemos que estar agradecidos por lo que se nos da y por lo que se nos quita... GRACIAS GRACIAS Y MIL GRACIAS POR QUITAR DE MI CAMINO, LA PIEDRA DE LA SOBERBIA, Y POR PONER EN ÉL, AMOR, MUUUCHO AMOR.