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martes, 2 de septiembre de 2014

Tarifa Libre

"Ternura y belleza"
Todos soñamos alguna vez en la vida con ser protagonistas de nuestra propia historia, y es que no nos damos cuenta de que ya lo somos, pero aún así ese deseo persiste.

Tarifa. Tarde de mediados de junio. Una playa donde todo era posible, desde el deporte más extremo hasta el baño más fresco, pasando por una sesión fotográfica de ensueño.

Suave su pelaje, lo pude acariciar con ternura sintiendo cada caricia, su respiración y por unos momentos, que no fueron precisamente cortos, estuvimos conectados. Sentí como todo el amor del mundo, se cernía sobre nosotros, quería que me quedase a su lado, que no le dejase, para así poder seguir unidos.

Muchas emociones se sucedieron en el breve intervalo de tiempo que estuvimos juntos, pero fue tan intenso tan maravillosamente bello, que aún no me siento capaz de explicarlo con detalle o simplemente a lo mejor no llego a transmitir todo lo que se movió dentro de mi.

La primera vez que le vi, mi cuerpo actuó por si sólo y se quedó parado, bloqueado, inmovilizado... vamos, en standby, suspendido por unos instantes sobre el suelo. Cuando ya por fin pude reaccionar, me acerqué a él, y le tomé entre mis manos, y mis dedos recorrieron su cara, sus facciones, para recordarlas y que no se me olvidase ni el más mínimo detalle de su aura, de su esencia.

Qué sensación de amor tan inmenso sentí aquel día, estaba tan falta de ese sentimiento que, ya a penas podía recordar lo que se sentía, a penas recordaba cómo disponía Cupido de sus flechas y las disparaba al azar.
Y ahí estábamos, él y yo, mirándonos por unos momentos, deteniendo el tiempo o por lo menos intentando secuestrarlo, para hacerlo aún más nuestro. 

Nos miramos y pude distinguir un brillo maravilloso en sus ojos; me besó de una forma inusual, dulce y tierna, me tomó como si fuese una parte más de él y se dejó hacer, y yo, desde aquel día, aún siento esa conexión que creamos, aún siento el parar del tiempo.

Aquel día no sólo fui la protagonista de mi propia vida, sino también de la suya, aunque nuestro "romance" fue un romance temporal muy corto, él sigue formando una parte indispensable de mi historia. Y allá, en los Lances, quedó el recuerdo de un amor eterno, puro y libre.





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